El sexo en la tercera edad
Cada persona tiene un esquema diferente e individual de comportamiento y frecuencia sexual. Este comportamiento está influido directamente por factores educacionales, sociales, morales y personales.
Factores que influyen en la actividad sexual
Son numerosos los factores que influyen en la actividad sexual de las personas de entre 70 y 80 años. Los más importantes son:
- Contar con buena salud.
- Mostrar interés por la sexualidad propia y la de su pareja.
El mantenimiento de relaciones sexuales regulares es un signo de salud y vigor, sin que sean importantes las cifras de frecuencia. El interés sexual persiste en un 70% de los hombres y en un 65% de las mujeres durante la sexta década de la vida; sin embargo, la actividad sexual se encuentra restringida a un 42% de los hombres y a un 36% de las mujeres.
En el grupo de personas, hombres y mujeres, que siguen ejerciendo su sexualidad sobre la séptima y aun octava década de la vida, las relaciones variarán en frecuencia atendiendo a los factores antes mencionados y a las necesidades de satisfacción sexual de cada miembro de la pareja.
Sexo: se ejercita o desaparece
Es un mito aquello del desgaste. El sexo no se ahorra, se ejercita o desaparece.
En algunas personas el deseo comienza a declinar de manera paulatina y suave, mientras que en otras se presentará de manera brusca. Estas formas de presentación del descenso del deseo sexual en la tercera edad pueden deberse tanto a problemas de salud como a factores personales e influencias sociales. En la mujer el principal factor que puede modificar el deseo sexual es la aparición de la menopausia.
Factores fundamentales del envejecimiento
comienza aproximadamente a los 35 años, aunque el ser humano puede vivir hasta los 120. El síndrome de Peter Pan, caracterizado por no querer envejecer, afecta a muchas personas al superar los 35 años, edad en la que, según los expertos, se comienza a envejecer al iniciarse el déficit de los sistemas enzimáticos defensivos de nuestro organismo.
A los 35 años comenzamos a envejecer porque se van perdiendo los agentes antioxidantes necesarios. Aunque el ser humano está preparado, física y genéticamente, para vivir hasta los 120 años, existen factores que van incrementando este estrés oxidativo. Entre esos factores figuran el tabaco, el alcohol, la contaminación y una dieta hipercalórica.
Dieta y envejecimiento
Además de la actividad neuronal y del papel de la genética existe un tercer elemento con una repercusión importante en el proceso de envejecimiento. Se trata de los hábitos alimentarios que se han tenido a lo largo de la vida, así como los que se tengan en el presente.
Una dieta baja en calorias puede influir en el retraso del envejecimiento. Al menos eso se ha podido comprobar con ratones en laboratorio. Pero con humanos la cuestión no está tan clara, incluso puede resultar poco sana. Lo que sí está demostrado es que dietas con exceso de calorías son negativas para la salud y por tanto acortan la vida. Una dieta equilibrada es la mejor garantía de salud y longevidad.
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