Sabias que se hace nudismo en la Argentina?
Ya hay 7 lugares donde se puede hacer nudismo en la Argentina.
Funcionan en la Capital, el Gran Buenos Aires, el Delta, Chapadmalal y Córdoba. Sus clientes, por lo general, son profesionales de buen pasar y edad madura. Hasta hace poco no había sitios de este tipo.
Antes, para hacer nudismo había que invertir un puñado de dólares en un pasaje y volar hasta alguna desprejuiciada playa caribeña o europea. Y la alternativa más cercana era Chihuaha, en Punta del Este. Ahora alcanza con gastar los 80 centavos de un pasaje de colectivo y bajarse en una casta esquina de Belgrano. Así es: en pleno Buenos Aires funciona desde hace unos meses un hotel en el que cualquier persona adulta puede exhibirse —y lucirse frente a otros— sin ninguna prenda. Es el único sitio de este tipo en la Ciudad, pero en el conurbano y en el resto del país hay otros similares. Es más: todo indica que el nudismo está viviendo en Argentina una expansión incipiente.
Actualmente hay siete lugares en los que, tras pagar una entrada, se puede practicar nudismo: el hotel de Belgrano, dos campos en la zona de Moreno, dos islas en el Delta del Paraná, un campo en las sierras cordobesas y una playa en Chapadmalal.
A esta playa recomiendan ir de mañana, porque después llega "gente vestida". Está dos kilómetros después del complejo de hoteles de Chapadmalal, camino a Miramar. Se llama Playa Escondida. Esta bordeada por acantilados, es de acceso gratuito y cuenta con servicio de guardavidas.
"En la ciudad de Santa Fe y en las provincias de Mendoza y Misiones hay algunas personas que están planeando abrir en breve otros centros", secretaria de la Asociación para el Nudismo Naturista Argentino (APANNA). Y agrega: "Hace una década no había en el país ningún centro nudista".
Entonados por este desarrollo, los dirigentes de APANNA se reunieron hace unos días con el secretario de Turismo de la Nación, Carlos Meyer, para pedirle apoyo para la habilitación de espacios "naturistas" en Capital, sobre todo en clubes de la Costanera Norte. "No es necesario que las piletas sean nudistas. Alcanza con que haya un sector para nudismo, protegido con obstáculos visuales. Al ir al agua usaríamos trajes de baño", afirman.
Mientras se cuecen estos proyectos, otros ya están en marcha. El hotel Aprea es del tipo Bed & Breakfast (cama y desayuno) y funciona en una calle poco transitada de Belgrano. Ningún cartel lo identifica. Es un chalé de tres plantas, con entrada para autos, 500 metros cubiertos divididos en living y 7 dormitorios. Tiene, además, un parque muy resguardado de miradas indiscretas y piscina climatizada.
"Abrimos en abril de este año. Trabajamos más que nada con turistas de Estados Unidos y del norte de Europa". Tres meses después hospedaron a un holandés —su nombre es Marc Richard— que les terminaría mostrando otra ve ta para explotar: "Cuando se registró nos dijo que era naturista. Pensamos que sería vegetariano o algo por el estilo, pero al día siguiente, cuando lo vimos paseándose desnudo, entendimos qué nos había querido decir", recuerdan los propietarios.
A partir de ahí, un sábado por mes organizan un evento nudista. A los que no son huéspedes les cobran 20 pesos la entrada. Un equipo de un diario, vestido, estuvo en el último encuentro que se hizo en ese hotel. Aunque uno va preparado para lo que verá, el impacto se siente. Los gestos —y fundamentalmente las miradas— terminan delatando a los novatos. "Es tu primera vez, ¿no?", saluda cada nudista con el que uno se cruza.
Algunos se pasean desnudos. Unos están en la piscina, otros toman sol en las reposeras, más allá hay un grupo que juega al truco y toma mate. El tiempo no acompañó y vino poca gente: hay alrededor de 15 hombres y una sola mujer. Edad promedio: cincuenta y pico.
Si alguno vino con ganas de participar de una orgía, se equivocó de lugar. Es que aquí el clima no es de juerga. Algunos, incluso, se ofenden cuando se les pregunta si hay levante. "El nudismo no es promocionar la promiscuidad. No somos degenerados ni estamos de joda. Lo único que nos convoca es el gusto por estar desnudos", explica uno de los huéspedes. El perfil del nudista, según APANNA, es el siguiente: profesionales de buen pasar, edad madura y que consideran que tomar sol desnudos en su terraza no les sirve.
En Moreno funciona Palos Verdes, un campo nudista de 6 hectáreas. El lugar está completamente aislado gracias a la vegetación. Allí, los hombres pagan 20 pesos por pasar el día y las parejas, 30. "Las damas entran gratis. Lo que queremos es desalentar la llegada de varones solos", dice Ricardo Peralta, dueño del lugar.
Los puristas del nudismo, como la gente de APANNA, están en contra de sitios como Palos Verdes. ¿La razón? Allí sí es posible tener encuentros sexuales con otros nudistas. Es más: el lugar tiene un par de habitaciones con camas de dos plazas disponibles para quien las necesite. "Hasta los boliches bailables tienen reservados, ¿por qué yo no?", plantea Peralta.
En Palos Verdes, algunos nudistas se perturbaron por la presencia degente de un diario y hasta tuvieron un repentino ataque de pudor: una mujer, por ejemplo, que tomaba sol completamente desnuda y frente a treinta desconocidos, se tapó los pechos con un sombrero y el pubis con una mano cuando descubrió que un "textil" (así llaman los nudistas a los no nudistas) la estaba observando.inf.d.clarin
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